La identidad corporativa de una empresa es el conjunto de valores que toda entidad posee: su personalidad, reputación, razón de ser, espíritu, sus acciones y su comportamiento no solo de cara al exterior sino también a la propia organización. Hablamos de la suma y sintonía entre su perfil interior y exterior. La imagen que proyecta la empresa a través de su representación visual, la hará identificarse frente a la competencia e instalarse según su posicionamiento en la percepción, opinión y espacio emocional de las personas.

Actualmente, dado el amplísimo y contaminado paisaje de marcas tanto de empresas, productos como de entidades, es imprescindible en un espacio de alta competitividad tener una identidad visual coherente, atractiva, diferente, memorable y funcional.

La marca es sin duda es el principal elemento sobre el que se vertebra el conjunto de la identidad visual de una compañía, pero hay más.