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Cómo diseñar una encuesta de diseño

Blog, Diseño

Cómo diseñar una encuesta de diseño

Cómo diseñar una encuesta de diseño

Cómo diseñar una encuesta de diseño

Cuando nos planteamos realizar un estudio estadístico, ya sea para conocer la intención de voto de un país, para llevar a cabo un estudio de mercado, para saber qué leche le gusta más beber a la gente, o simplemente para incluirlo en nuestra tesis doctoral… Da igual cuál vaya a ser su uso, lo importante es que nuestro objetivo es el mismo; recabar información y que ésta sea lo más fiable posible.

Esta conclusión nos lleva a centrarnos en los 2 pilares imprescindibles a la hora de diseñar una encuesta y trasladarla a la calle:

  1. Definir claramente la información que necesitamos obtener para realizar nuestro estudio y así poder diseñar nuestro cuestionario.
  2. A qué tipo y cantidad de gente necesitamos llegar para que ésta sea representativa de nuestra población a estudiar.

Si llevamos a cabo estos dos aspectos podremos conseguir un estudio estadístico útil y fiable.

Vamos a analizar cada uno de estos imprescindibles:

1. Qué información necesitamos y cómo diseñamos nuestro cuestionario

En el momento que tengamos clara la información que queremos obtener de la gente estaremos capacitados para saber qué preguntas son las adecuadas al tipo de gente a la que vamos a entrevistar (no es lo mismo redactar una pregunta para un niño que para un adulto).

Al principio de nuestro cuestionario (o encuesta) explicaremos de forma concisa y clara cuál es el objetivo de nuestro estudio, para que los encuestados conozcan el alcance de sus respuestas, y también se sientan tranquilos y receptivos, comportamiento que ayudará mucho a la hora de responder.

Otro aspecto imprescindible que tenemos que transmitir a los encuestados es el anonimato, tenemos que garantizarlo, por lo que al principio del cuestionario aparecerá explicado en esa pequeña introducción que haremos.

Y para cerrar esta introducción del cuestionario, daremos las gracias por dedicar su tiempo a responder nuestras preguntas.

A partir de aquí, nos fijaremos en el tipo de preguntas que vamos a necesitar según nuestro objetivo.

Veamos qué tipo de preguntas son interesantes incluir para cualquier tipo de estudio:

  • Preguntas de tipo socio-demográfico: nos permitirán realizar análisis diferenciados a posteriori (son del tipo edad, sexo, etc.)
  • Preguntas cerradas: son el tipo de preguntas que ya llevan las respuestas incorporadas (por categorías, sí o no, por números del 1 al 10, …)
  • Preguntas abiertas (son las que no están delimitadas con alternativas en la respuesta), este tipo de preguntas siempre nos van a aportar información extra (por ejemplo, «¿Por qué te gusta más este color?»). Es importante no abusar de ellas, ya que no se pueden codificar, y por ello tenemos que tratarlas como simple información extra. Suelen ir después de una pregunta cerrada, haciendo alusión a ésta.

 

Ahora  redactaremos las preguntas, y tendremos en cuenta las siguientes indicaciones:

  • Las preguntas deben ser claras, sencillas, concretas y comprensibles.
  • Colocaremos al principio del cuestionario las preguntas más fáciles de contestar para que el encuestado se vaya sintiendo cómodo, y de esta forma se concentre más.
  • Las preguntas que puedan tener una implicación más delicada deben ir al final del cuestionario.
  • El lenguaje en las preguntas debe ir adaptado al tipo de personas a las que nos dirigimos. Vamos a evitar los tecnicismos y las jergas especializadas.
  • Evitaremos las preguntas en términos negativos, suelen resultar confusas a la hora de interpretar las respuestas.
  • El número de preguntas que formarán nuestro cuestionario lo determinará nuestra lógica y nuestro tiempo para poder analizarlas después. No existe un número recomendable para diseñar una encuesta, serán las necesarias según cada investigador.

 

2. Cuánta gente necesitamos encuestar para que nuestro estudio sea fiable

Después del diseño de nuestro cuestionario, este es el aspecto más importante a la hora de realizar nuestro estudio. Veamos por qué:

  • Porque de ello va a depender que la cantidad de encuestas que han sido respondidas representen a la población que queremos estudiar. Por ejemplo, si nosotros queremos conocer cuál es la leche que más se bebe en Francia, tendremos que entrevistar a un número de franceses suficiente para que podamos asegurar que las conclusiones que sacamos representan a todos los franceses.
  • Porque haremos el número de encuestas necesarias, ni más (lo que conlleva más gasto económico y más recursos) ni menos (que convertiría en no fiable nuestro estudio).

 

Sin entrar en las fórmulas estadísticas que necesitamos para calcular la cantidad de personas que necesitamos encuestar (lo que llamamos tamaño muestral), nos aseguraremos de poder certificar una muy alta fiabilidad a nuestro estudio.

A partir de ahora pondremos en marcha nuestra encuesta, es decir, saldremos a la calle y preguntaremos a la gente que queremos preguntar, y recogeremos la información que nosotros queremos recoger.

Hace pocos años, para poder llevar a cabo una encuesta, se necesitaba una cantidad considerable de dinero para así pagar a todos los encuestadores necesarios para realizar todas las entrevistas, ya fuese por teléfono o en persona, y posteriormente poder analizar todos los datos recogidos.

Pero eso ha cambiado. Aunque en la actualidad se siguen haciendo encuestas de forma presencial y telefónica, hoy en día existe la oportunidad de realizar encuestas online y eso nos abre un abanico de posibilidades impresionante, ya que podemos llegar a mucha más gente sin apenas coste, y el análisis de los datos es mucho más rápido y fácil.

 


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